El turismo es una industria que tiene un impacto altamente positivo en el conjunto de la economía de los países, así como en el desarrollo económico y social de los mismos.
El turismo impacta positivamente en las economías a través de diversos medios, tales como los ingresos de divisas, la contribución al consumo y a los ingresos fiscales, la generación de empleos, la redistribución del ingreso y la creación de oportunidades de inversión y negocios.
La inyección de dinero foráneo que trae aparejada la actividad turística tiene tres tipos de impactos, a saber: impactos directos, indirectos e inducidos. Los impactos directos ocurren cuando las empresas turísticas (hoteles, parques, restaurantes, centros de entretenimiento, casinos, transportistas, agencias de viajes, etc.), gastan sus ingresos localmente, comprando y consumiendo diversos bienes y servicios ofrecidos por empresas del país. Los impactos indirectos son los que se producen cuando esas empresas del país, a su vez, contratan personal y adquieren bienes y servicios en la economía local para poder atender dicha demanda. Finalmente, los impactos inducidos son aquellos gastos corrientes e inversiones de capital realizados por las empresas del país a partir del dinero obtenido de las empresas turísticas.
Pero el turismo doméstico también tiene un fuerte impacto positivo en las economías locales, y además ayuda a redistribuir el ingreso nacional. La actividad turística suele coadyuvar a una mejor relación entre los actores económicos y los gobiernos, ya que de esta cooperación depende la buena marcha del negocio turístico, lo cual redunda en beneficios tanto para las empresas como para los gobiernos que recaudan impuestos.
Para aprovechar al máximo el efecto positivo que puede tener el sector turístico en el crecimiento económico, es fundamental que las actividades turísticas estén bien integradas con el resto de las actividades económicas, de manera que se logre un mejor efecto dinamizador.
Pero además, se hace imperioso tener muy en cuenta un concepto de desarrollo más amplio que el del mero desarrollo y crecimiento económico. En primer lugar, para que el desarrollo realmente sea considerado tal, debe ser sustentable, tanto socialmente como ecológica y económicamente. El desarrollo integral debe tener en cuenta también la mejora en las relaciones socio-laborales, la mejora en la distribución del ingreso y, por supuesto, la elevación de la calidad de vida de los habitantes de los sitios turísticos.