Gracias a las crecientes facilidades de transporte y a la movilidad que nos permite el mundo moderno, en los últimos años el turismo se ha convertido en uno de los sectores económicos de mayor auge, superando incluso a sectores tradicionales como la agricultura y los automóviles.
De acuerdo con los más recientes datos presentados por la Organización Mundial del Turismo (OMT), para 2016 un total de 1.235 millones de personas viajaron fuera de sus países por concepto de turismo, lo que representó un incremento del 3,9% frente a la cantidad de turistas del año anterior. Los principales países emisores de turistas son China, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Rusia.
Durante décadas, el sector turístico ha reportado un crecimiento continuo, a pesar de las fuertes crisis económicas globales, como por ejemplo la que estalló en 2008. Hoy en día se estima que el turismo representa alrededor del 10% del Producto Interno Bruto mundial, si bien el impacto del sector es desigual según los diferentes continentes. Europa, por ejemplo, acapara el 50% de la recepción turística mundial.
Si tomamos en cuenta tanto los empleos directos como los indirectos, al menos uno de cada diez puestos de trabajo en el mundo se deben al sector turístico.
A pesar de situaciones y eventos muy adversos, tales como ataques terroristas, epidemias, conflictos geopolíticos, desastres naturales o drásticas fluctuaciones de divisas, el turismo se mantiene como uno de los pilares de la economía del nuevo milenio, creciendo a un ritmo anual que duplica al que registra la economía mundial como un todo.
El turismo no solo representa un sector económico poderoso por sí mismo, sino que además contribuye con el desarrollo de otros sectores de la economía, particularmente el sector de los servicios.
Por si fuera poco, el turismo también se ha convertido en un alternativa importante frente a actividades económicas más tradicionales que dañan al medio ambiente y contribuyen con el cambio climático, tales como la minería y la explotación de hidrocarburos. Cuando en una región se impone la potencialidad del turismo frente a estas actividades extractivas altamente contaminantes, se contribuye con un desarrollo sustentable y se garantiza la preservación de los ecosistemas para las generaciones futuras.
La necesidad de preservar los ecosistemas para hacer posible su explotación turística permite mantener a salvo importantes recursos naturales, como la flora y la fauna del lugar, los recursos hídricos y paisajísticos, etc.
Las organizaciones especializadas estiman que el sector turismo seguirá creciendo en los próximos años, aumentando el número de turistas procedentes de países emergentes como China, México, Brasil, Rusia, India, Sudáfrica o Turquía. Asimismo, se espera que nuevos destinos comiencen a competir fuertemente, sobre todo nuevos países del Sudeste Asiático, África y el Medio Oriente.