Si bien el turismo es una actividad económica que puede generar inmensas ganancias, también es cierto que requiere grandes inversiones, además del ambiente, la infraestructura y el capital humano idóneo.
Los ingresos de la industria turística se basan en proporcionar experiencias agradables a los visitantes, y ese objetivo requiere grandes esfuerzos. Aspectos como la limpieza de los espacios, el servicio de calidad, la puntualidad, la atención adecuada de los imprevistos, el mantenimiento de los costos a niveles razonables, la seguridad personal e incluso la previsión del clima se hacen sumamente importantes.
Evidentemente, para que un lugar pueda brindar servicios turísticos de calidad también es fundamental que existan unas instalaciones que reúnan belleza y calidad, y que los servicios públicos funcionen correctamente, lo que requiere inversiones en arquitectura y mantenimiento. Otro punto importante es la accesibilidad, y para ello es necesario el establecimiento de toda una infraestructura de transporte que permita el tránsito rápido y que sea fácil de usar, sin embotellamientos ni retrasos innecesarios.
Por último, es fundamental invertir en la promoción turística. Tal como ocurre con los productos físicos y los servicios, el destino turístico debe posicionar su imagen en el mercado a través de la publicidad y el mercadeo, orientándose al segmento de mercado objetivo.